Dime si esto te suena conocido: entro en una tienda de juegos, tal vez solo para mirar alrededor o matar algo de tiempo. Observo la sección de juegos usados y en oferta. Inevitablemente, veo un juego en el estante que es literalmente nuevo. Este juego ha estado fuera durante ya algunos días, y capaz que hasta lo había olvidado. Pero es tan emocionante, así que lo tomo y me lo llevo a casa. Sesenta dólares que ya no tengo y que no había planeado gastar, y luego lo juego durante una hora o dos, tal vez uno dos días... y luego el juego permanece sin ser tocado durante meses, tal vez años. Para cuando por fin decido volver a jugarlo, el mismo juego ya está en oferta por menos de 20 dólares.
Comprar juegos y no terminarlos durante meses, años, o nunca, es un problema muy real que muchos de los jugadores tenemos. Busca en línea sobre el tema y encontrarás no sólo historias de objetivos pendientes, sino además servicios y comunidades dedicados a ayudar a las personas a gestionar sus juegos atrasados. El dichoso backlog del que muchos hablan, es un fenómeno real. Mira los memes que se generan durante un Steam Sale, o las interminables conversaciones al respecto en foros. Y ni siquiera estoy hablando del sector de coleccionistas, que compran juegos retro para no jugarlos y verlos juntar polvo en un estante.
¿Cuál es el problema con todo esto? ¿Acaso todos los jugadores se echan a perder cuando cuentan con ingresos económicos? No, en realidad no (ok, solo algunos). Es una combinación de factores que se fusionan hasta un nivel extremo. Es la razón por la que puedes ver las listas de logros y trofeos de cada juego y darte cuenta de que realmente poca gente progresa hacia etapas avanzadas, y mucho menos llegar hasta el final. Simplemente no hay suficiente tiempo en el mundo para jugar cada video juego, y los juegos como hobby y expresión cultural se mueven demasiado rápidos incluso para los jugadores más dedicados.
Los videojuegos son, por naturaleza, un verdadero pasatiempo personal. No solo estás experimentando una historia, sino que la estás controlando directamente y eso da mucho que hablar en el ámbito social que frecuentas. Cuando sale un juego nuevo y emocionante, de esos que todos esperan, todo el mundo habla de él en las redes, pero tan pronto como la conversación se inicia, así termina, dejando que la conversación cambie hacia el próximo gran juego. Algunos grupos de jugadores permanecen con un juego hasta terminarlo, claro, pero la conversación general nunca deja de saltar de un nuevo lanzamiento al siguiente nuevo lanzamiento, por eso la presión por conocer sobre cada uno de los grandes juegos se multiplica por culpa de ese elemento social.
La enorme cantidad de contenido en tiempos modernos también es un factor. ¿Cómo puede alguien mantenerse al día cuando hay docenas de juegos saliendo a la semana en casi todas las plataformas y tiendas? Tener tantas opciones a la vez puede ser paralizante. Es muy fácil mirar las docenas o cientos de opciones disponibles en cada momento, luego sentirse desmotivado por todos los juegos que no has podido terminar, y al final descargar tu necesidad con algún juego de partidas rápidas en línea como Fortnite u Overwatch, esos que realmente no tienen final y no te causan remordimiento. Eso si es que no terminas perdiendo el tiempo en las redes sociales por horas. La sobrecarga de contenido es tan real como la presión por estar actualizado.
En última instancia, no hay nada de malo en querer ser parte de la conversación. En eso se basan nuestros espacios de vida digital. Pero es posible que desees echar un vistazo a tu colección y pensar en cuántas historias te han faltado vivir hasta el final, y tomarte un minuto para replantearte esos planes que tienes de entrar en una tienda de juegos física o virtual a cada rato. Tal vez te sirva fijarte objetivos diarios, semanales o mensuales para avanzar poco a poco con esos juegos que has dejado abandonados. ¡Es realmente satisfactorio terminar las cosas! Es difícil enfocarse en una cosa a la vez cuando el mundo exterior continúa acelerando tus esfuerzos para mantenerse al día, pero tal vez debas simplemente poner el freno y vivir a tu propio ritmo. Inténtalo.
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